¿Quién es Anna?
La popular serie de Netflix “¿Quién es Anna?” narra la historia (basada en hechos reales) de una chica rusa que consiguió engañar a gran parte de la élite de Nueva York para lograr llevar a cabo su negocio con una inversión de 40 millones de dólares destinados a la construcción de un edificio de lujo donde habrían exposiciones de arte, restaurantes, hoteles para un público muy exclusivo.
Anna estafó a los grandes banqueros con la premisa de que ella era una heredera de una fortuna familiar. Consiguió que altos cargos le creyesen debido a su forma de comportarse, su confianza en sí misma y su gran ímpetu.
Tras estafar más de 300 mil dólares en hoteles de lujo, cenas de lujo, generosas propinas en billetes de cien dólares a trabajadores de los hoteles por gestos tan sencillos como sonreírle, abrirle la puerta del hotel o llevarle la maleta, Anna acabó yendo a la cárcel donde comenzó a ser contada su historia.
No quiero seguir haciéndote spóiler en el caso de que no la hayas visto aún, pero… Quiero hablarte de algo importante que nos deja esta serie.
¿Qué nos enseña Anna Delvey?
Anna Delvey nos muestra cómo su capacidad de convencer a todo su alrededor de su fortuna (aún no teniéndola) era porque vibraba, sentía, pensaba y actuaba como una chica que ya vivía en esa realidad. Este es el principio básico para lograr cualquier meta que tengas en la vida, invertir en tu propia mentalidad. Si tu mentalidad está en sintonía con el camino que quieres, lo lograrás. Si no, no será posible.
Descartemos por supuesto el hecho de que Anna no es un ejemplo de esto si miramos todo su historial. Pues Anna se movía desde la baja consciencia, estafando, engañando a los demás y a sí misma condicionada por patrones de inferioridad infantiles así como por apego a una identidad inventada.
Aún así, no podemos dejar de lado como Anna nos enseña que ese vibrar en consonancia con lo que quieres, mueve montañas. ¡Y tanto! Una chica de 26 años que se cuela en la élite Newyorkina haciéndose pasar por una multimillonaria sin tener nada.
Pero no es así, sí tenía algo. Vibraba en la piel de esa chica que pertenecía a esa élite.
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